¿Cómo se transforma la inspiración en un libro? Parte II

Ha pasado un tiempo desde que publiqué la primera parte de esta serie sobre la Inspiración. Quizá valga la pena recordar que esta serie inicio como respuesta a las preguntas que algunos lectores me han hecho llegar sobre el proceso que Vivir de Sueños tuvo para convertirse en una novela publicada. De la teoría pasamos a la «práctica» o, mejor dicho, a la anécdota de la experiencia. En la parte I, me alegró contarles 4 pasos previos al momento de escribir la historia del Equipo Alemania y el Equipo Rusia. Dichos pasos son 1)El arribo de la inspiración, 2)La creación de los personajes, 3)La investigación del contexto real para meterlo a la novela y, finalmente, 4)La estructura de la trama antes de escribir.

Si desean leer esos pasos (sumamente importantes) y tomar nota, adelante. ¡Espero que mi experiencia pueda motivarles a planificar, continuar y concluir sus propios proyectos de escritura y de cualquier otro sueño que tengan!

Y dicho esto, bien esclarecidos los 4 pasos anteriores, vamos a hablar de la siguiente parte, más escritural, pero igual de ardua. ¿Están listos? Si planear y estructurar tuvo su «chiste», sacarle fuego a la pluma nos producirá cayo (y alguna que otra cana verde).


El Proceso de origen, creación y publicación de Vivir de Sueños

Paso 5: La escritura.

Afilar la pluma y no parar hasta que sea preciso…

Creo que la pluma es una metáfora que todos entendemos. Actualmente, hay pocos escritores que prefieran hacer una escritura completa a mano y luego pasarla al procesador de textos. Lo más común es comenzar a escribir directamente en computadora, dispositivo móvil u otro medio digital que te permita mejor control de tus párrafos. Dicho esto, hay muchas opciones para escribir y proteger tus textos. En mi caso, soy bastante «arcaica» en este punto. Yo escribo meramente en el Microsoft Word que esté a la mano y últimamente uso el Docs de Google que me permite escribir y guardar en la nube automáticamente. Pero para Vivir de Sueños no usó otra plataforma digital aunque sé que hay muchísimas Apps y servidores que ayudan a otros escritores.

En realidad, decidir en dónde vas a escribir no es tan importante como decidir cuánto y cuándo. Volvemos a los itinerarios, me temo. Y es que no importa si usas la mejor plataforma de escritura; si tienes un horario ambiguo de escritura. Decidir tu día, hora y cantidad de escritura es elemental para no fallarte a ti mismo. Así como le pusimos una especial atención al diseño de estructura de la trama (previo a la escritura), es de vital importancia definir tu ITINERARIO DE ESCRITURA. En mi caso, mi época de escribir historias alternas me enseñó una disciplina bastante buena, en mi opinión. Mi meta de escritura semanal es un capítulo completo (cerca de 10,000 palabras por semana), esto es mi «cuánto». Mi «cuándo» es un poco más variado dependiendo mi agenda laboral y personal del período en el que escriba. Desde que comencé a tomarme más en serio escribir, procuro tener al menos dos tardes libres a la semana y si esto implica ir a dormir más tarde, lo acepto. Prefiero dos o tres días (máximo) de escritura muy intensa (5 a 7 horas, de 4 pm a 11 pm con descansos, por ejemplo) a decirme que escribiré 1 hora cada día y no hacerlo. Y si por alguna razón no tengo trabajo un día de clases, entonces lo usó para escribir todo lo que pueda. El caso es que mi meta es haber completado mi capítulo, el viernes haberlo terminado y volver a encontrarme con el ordenador hasta el miércoles.

Esto puede variar en cada escritor. Yo tengo la suerte de tener un trabajo donde mis horarios son más «flexibles». Pero por supuesto no puedo aprovecharme de esto y vaguear con mis otras responsabilidades. Anteriormente sacrifiqué tiempo con mi familia o de descanso, por ponerme a escribir y eso es algo que, ahora aprendí, no es correcto ni sano. Escribir es otra labor. No debe ser prioritaria, pero sí disciplinada y consistente. Es un equilibrio que cada autor debe aprender a encontrar y a seguir. Entonces, ¿cuándo serían tus tiempos de escritura? ¿Y cuánta escritura te pondrías de meta por día o por semana? Algunos optan por el número de palabras, otros por el número de cuartillas… El punto es ponerte una meta y alcanzarla, poco a poco, sin pensar en cuántas palabras faltan para el punto final… ¡No! Disfruta la hoja que tienes en frente y por favor, NO CORRIJAS a la hora de escribir. Eso es para el siguiente paso.


Paso 5.5: La reescritura.

Cuando hay un giro que no esperas y debes parar…

Esto es un paso totalmente opcional y fuera de tu control. Es por eso que ha quedado encerrado, o «atrapado», entre el paso 5 y el 6. Ojo, no se trata de haber terminado el manuscrito entero, dejar reposar y entonces corregir y reescribir lo necesario. No. Esto es cuando en medio del paso 5, mientras estamos escribiendo, algo en la secuencia de sucesos, la mentalidad del personaje, un asunto inesperado ocurre y nos obliga a parar las teclas para ponernos a pensar si acaso la historia no debería cambiar a una mejor dirección. Esto puede suceder más de lo que pensamos. Muchos autores comienzan a escribir seguros por completo de la dirección a donde irán, pero entonces la autonomía de los personajes juega en favor de otra decisión.

Vivir de Sueños sufrió de esto cuando, en primera instancia, la idea original era solo escribir una historia alterna (fanfiction en Universo Alterno). Sin embargo, alrededor del capítulo 15, los personajes combraron una identitad muy diferente a la del formato o fandom original. Se habían convertido en personajes diferentes y nuevos, y por lo tanto, la historia era nueva también. Dejé de escribir una semana para poner atención al susurro en mi cabeza que me decía que era necesario reescribir todo y tomar un rumbo diferente. La semana se convirtió en casi dos meses de planear una novela, sus personajes, sus vidas, y bueno… Aquí estamos. Debo decir que esa semana de debate fue complicada para mí, porque pensar en echar «a la basura» 15 capítulos completos (más de 60,000 palabras) me sacaba de quicio y me atormentaba tener que iniciar de cero). Ahora sé que valió completamente la pena.


Paso 6: Terminar, dejar reposar, continuar…

¿Todo está yendo por donde esperamos y de forma verosímil…?

Muchos escritores dicen que uno no debe detenerse de escribir para revisar sino hasta que ha llegado al punto final de la historia. Estoy de acuerdo y al mismo tiempo no. Sin duda, lo que Diana P. Morales menciona en su blog, es verdad:

Todo escritor tiene dentro un niño que juega y un adulto que pone orden. Ambos son necesarios pero nunca deben estar juntos en la misma habitación.

Diana P. Morales.

En otras palabras, el proceso de escritura y el de corrección deben estar COMPLETAMENTE separados. He conocido amigos que escriben y suelen dejar de hacerlo porque tienden a escribir y criticar lo escrito, ¡mientras están escribiéndolo! Vamos, nadie te va a pagar por ser tu propio crítico y desbaratar tu texto cuando aún ni siquiera está terminado no sólo es cruel sino absurdo. El corrector, ese adulto del que Diana P. Morales habla, no debe estar presente sino hasta que el niño ha dejado de divertirse con su escritura. Entonces sí, es hora de ponerse el cuello bien estirado y comenzar a ver lo escrito con ojos de crítico. Pero esto, en mi caso, no es el paso 6 sino el 7.

Entonces, ¿qué hacemos aquí? Bien, a pesar de que creo en todo lo que he mencionado en el párrafo anterior, también considero necesario pausar paulatinamente entre cada pasito de escritura que demos. Si mi meta es escribir un capítulo cada semana, no saben lo mucho que me ayuda dejar ese capítulo «reposar» (sí, como la masa de un pan) y volver a él dos días después para LEERLO EN VOZ ALTA. Esto es lo que yo llamo inspección de camino. Como los inspectores que suelen aparcar en las carreteras y se dedican a detener autobuses o camiones de carga para ver si todo está en orden. Luego los dejan ir y CONTINUAR su camino. ¿Por qué hacerlo al escribir? En mi caso, mi rutina de un capítulo semanal, me ayuda a ir leyendo y descubrir si estoy llevando a los personajes no sólo de forma «correcta» sino verosimil. Esto es crucial para mí porque cuando detecto que cierto dialogo, forma de comportamiento o forma de escribirlo, no suena real o acorde a todo lo que el personaje ha hecho, puedo afinarlo antes de ir con el siguiente capítulo. No se trata de una corrección asidua de estilo, ortotipografía, ni cohesión textual. Es solamente afinar detalles pequeños pero que no me dejarían tranquila si sigo adelante y no los he resuelto.

Considerando que Vivir de Sueños tiene 8 personajes principales y que van saltando capítulo a capítulo, revisar cada uno al terminar es de gran ayuda para dejar «cerrado» al personaje en cuestión y permitir que mi mente se abra al siguiente. El apoyo del lector beta es crucial en esto, pues al pedirle que lea en voz alta el capítulo, yo funjo como un oyente y puedo darme cuenta si mi lector beta está recibiendo las emociones que pensaba plasmar (y si no, pensar en una forma de afinarlo).


Paso 7: Escribir, escribir, escribir… Hasta terminar.

Y de nuevo, dejar reposar… Para corregir.

Bien dicen que escribir es como hacer un pan. O bueno, al menos yo lo digo. Y no un pastel, ni galletas. Sino ese pan que al comprarlo se ve muy «simple» pero que detrás tiene un largo proceso de amasar, reposar, amasar, reposar… Me contaron que el proceso del pan de caja, los bolillos/birotes (acá en México), y otros panecillos de lavadura, es justo así.

No basta con revolver y amasar una vez. Tienes que dejarle su tiempo de «descanso» que no es más que el tiempo que la levadura tomará para fermentar y esponjarse. Pero no bastan tampoco con hacerlo una vez, sino que hay que repetir varias veces. Un pan que bien nos comemos en una sentada, quizá le tomó días al panadero para meterlo al horno. No es la calentada lo que importa, es el tiempo atrás y el respeto a esos pasos. Una masa mal leudada sabe mal y quién quiere comerse un pan aguado o chicloso.

Bien, si escribir y escribir y continuar escribiendo ya es «tardado», llega ahora un proceso que quizás es el TERROR de todos los autores. Terminar y corregir. Una joven me escribió hace poco para preguntarme sobre este paso en particular. Pude leer su desespero en su mensaje. Ya había demorado MESES en corregir y todavía no veía el fin. El niño divertido del escritor se había ido y ahora solo estaba el adulto gruñón (ella y su BETA). Me preguntó cuánto tiempo había demorado en corregir y le dije que, honestamente, seguía haciendo la cuenta. De hecho, ahora que lo pienso, NUNCA dejamos de corregir nuestros textos, porque nunca dejamos de encontrarles fallos. ¿Por qué creen que existen las «nuevas ediciones» de muchos libros famosos? Stephen King no sólo reescribió una novela, ¡sino una saga! Siempre hay cosas que el autor siente que no quedaron tan bien, que se podrían mejorar o sencillamente que son horrendas. Tolstoi decía que aborrecía Ana Karenina y La guerra y la paz, no sólo por estar mal escritas sino porque la recepción que la crítica tuvo NO era lo que él realmente quería decir.

Si esto pasa con autores que uno podría considerar «maestros» de la pluma, es obvio que nosotros estamos peor. Pero de nuevo, todo consiste en hallar un balance y saber ser francos con nosotros mismos. La obra perfecta no existe (excepto la Biblia pero eso es otro abundante tema) y jamás, ningún corrector, editor ni beta, podrá dejarla «como tú quieres». Entonces, ¿cuánto y cuándo es necesario corregir? Volveré al mensaje de esta joven escritora. Después de que ella me contó sus peripecias de corrección, yo le pregunté cuánto tiempo había dejado reposar su obra. Ella me dijo que no lo había hecho. Terminó de escribir y prácticamente la semana siguiente ya estaba corrigiendo. Esto es un error (que comprendo) llevado por nuestro deseo de acabar y publicar. El autor persigue «la publicación» como un blanco cuando en realidad el blanco es la obra terminada.

¿Por qué es tan importante dejar reposar una obra? Psicológicamente hablando, dejar «reposar» significa dejar atrás, olvidar lo que escribiste. Siginica descansar la mente del trabajo arduo que conllevó escribir. Este era el consejo en común que TODOS mis profesores de la carrera en Letras Hispánicas nos daban. Cuando pongas el punto final NO corrijas, mejor salte de casa y vete a comprar una nieve, una cocacola, distraete, vive tu vida y olvidate de que escribiste algo. Luego volverás al texto no como el AUTOR sino como un lector que apenas y sabe algo de esa obra. El niño que escribe ya no estará cerca para «defender» al texto, sino que el adulto totalmente ajeno a él podrá leerlo sin reparos. ¿Significa que así la corrección será más sencilla? No, la corrección nunca es sencilla. Pero si la hacemos después de que hemos dejado reposar al texto y nos hemos desapegado de éste, entonces la corrección será psicologicamente más estable.

¿Cuánto tiempo dejé reposar Vivir de Sueños? Debido a que yo no tenía visión de publicarla, prácticamente terminé y dejé el texto como unos 5 meses. Había comenzado a escribir la segunda parte de Un plan mayor cuando mi editora e ilustradora me presentó la idea de publicar. Sólo hasta entonces, retomé el manuscrito y con ella comencé a afinar capítulo a capítulo todo lo necesario. Pero incluso después de terminar la corrección, dejé reposar, concluí la escritura de la parte 2 y entonces regresé a una segunda corrección.

¿Lo ven? Amasar, reposar, amasar, reposar… Así es esto.


Paso 8: La Publicación.

¿Publicar o no publicar…? He allí el dilema.

Una vez que hemos determinado que el proceso de corrección ha finalizado (recuerda, todo con límite) podemos decir que tenemos un manuscrito listo. O mejor dicho, una obra lista porque si bien no está «publicada» todavía, sí está culminada y vale la pena llamarla como lo que es: Una novela, un poemario, una antología de relatos… Una obra.

Ahora, en este punto es en el que comienzan otras preguntas. La primera que vino a mi cabeza cuando mi ilustradora propuso publicar fue, justamente, ¿de verdad quiero hacerlo? Por más de un año, Vivir de Sueños había sido mi manera de mantenerme distraída. Fue mi forma de descargar tensiones familiares y espirituales tal y como lo cuento en otro post. Así que cuando me propusieron hacerle una portada a la novela, e incluso 5 para cada «futuro» volumen, tuve que preguntarme si realmente quería que otros conocieran al Equipo Alemania y al Equipo Rusia. La respuesta parece obvia, porque, seamos sinceros, escribimos para ser leídos. Incluso si el único lector será tu hermana o tú mismo, vas a ser leído. Pero de eso a lanzarse al estragoso mundo de la edición y publicación, hay una gran brecha.

Cuando acepté que esta novela había llegado a mi cabeza para salir de ella y ser leída por otros, llegó entonces otra de las preguntas cruciales. ¿Cómo publicar? Hoy en día, la oportunidad de publicar tu libro se ha ampliado de formas que los autores de antaño envidiarían. Sin embargo, el legado de esos autores nos ha dejado a los autores noveles con la idea de que la mejor publicación es la que tuvieron ellos: La editorial. Por supuesto, quién no quisiera ser «comprado» por una buena casa de publicación, recibir una regalía adelantada de unos 100 mil pesos (5,000 USD) y vivir la vida como autor pagado. Sin embargo, ser atendido por una editorial de esta índole no es sólo muy difícil también implica asumir los rubros que esa casa editorial, y el editor en jefe, marquen para ti y tus novelas. En mi caso, envié el manuscrito de Vivir de Sueños a 13 editoriales diferentes y, como era de esperar, la novela no fue aceptada por una y otra razón que merece un post en otra ocasión.

Entonces, ¿es hora de darse por vencido? Me alegra escribir que aunque una parte de mí quiso hacerlo, otra más fuerte (impulsada por mi lector beta) dijeron: ¡sigue adelante! En el plan B del autor novel tenemos varias opciones de publicación: Plataformas digitales (como Booknet, SoyAutor, MegustaEscribir, etc). Estas plaformas son útiles para mostrar tu obra al mundo y recibir reseñas inmediatas, dígamos que la remuneración es casi nula (o totalmente nula) pero cubres perfectamente la meta de ser leído. Otra opción es la coedición (colaborar con otros autores, en especial relato y poesía, para juntos contribuir monetariamente para publicarse. Y finalmente tenemos la autopublicación. El nombre es bastante claro, pero también muy somero. Autopublicar tu libro implica OTRA NUEVA SERIE DE PASOS que son tan o más complicados que el proceso de escritura. No puedo ponerlos todos aquí, pero si les agrada la idea puedo hacer un post completo sobre el tema.


No es sólo inspiración…

Así que, henos aquí. Con una novela, trilogía por entregas, cuya primera parte (5 vols.) ya está a la disposición del lector. Cuando era adolescente y pasaba mis dedos por las páginas de una novela, apreciaba la tipografía, el aroma de las hojas, la belleza de la portada y lo gratificante de la historia. Hasta que escribí mi propia novela me di cuenta de que esos detallitos, aunque bonitos, son sólo la punta de un profundo iceberg, en un extenso océano en el cual el autor tuvo que sumergirse, aguantar la respiración y sacar a la luz bellos tesoros para nosotros. Ahora veo un libro, pienso en Vivir de Sueños, y sé que la «inspiración» es un mito y que el trabajo duro, con fe y humildad, siempre valdrá la pena.


Pequeños pasos, grandes objetivos…

En la Parte I tuve el gusto de compartir las evidencias de los cuatro pasos previos que ahí cuento (organización de estructura, investigación, diseño de personajes, etc…). Ahora tengo el gusto de compartir con ustedes a las evidencias de los pasos platicados aquí. Pueden ver los primeros manuscritos de cada volumen (en tamaño carta o A4 y engargolados) que fungieron para las correcciones más prolijas y detalladas. Después están las pruebas de impresión (en el tamaño pequeño pero con arillos), la idea es que tengan la apariencia del «producto final» para que la editora y yo las usemos para notar errores orto-tipográficos y de maquetación. Y al final pueden ver el volumen terminado. Por supuesto son fotos que resumen mucho el trabajo, pero que espero sirvan para que ustedes puedan motivarse con sus propios proyectos también.

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